Hace una semana compré en la tienda de comida de Ikea un bote de cebolla frita crujiente que no tenía ni idea para que usar y esta mañana en el curro se me ha ocurrido meterla en una hamburguesa.
He comprado dos panecillos de cebolla (uno para mi costi y otro para mi) y manos a la obra. He cogido un trozo de carne de ternera y otro de cerdo que tenía congelado y lo he picado. He mezclado la carne con ajito, perejil, pimienta y un poco de sal y con esto he hecho unas hamburguesas a la plancha. He untado confitura de pimiento y he puesto rodajitas de queso de cabra, una loncha de bacon y la cebollita crujiente. Os prometo que no había probado nunca una hamburguesa tan rica. La mezcla de sabores queda espectacular.
Bueno, no me enrollo más y os dejo la prueba del delito.
Espero que os guste.
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